16 de agosto de 2014

Preparo sentado mi revolución

El brillo frívolo y mágico de un vaso de vidrio medio vacío: nostalgia. Un ejército de cigarrillos comprometidos con el exterminio de una raza. Desaparecido en combate, solo sé que aquel hombre del banco perdió antes la cabeza que el sombrero.

Me levanté con un dolor agudo en el cerebro y sin dinero en la cartera. “Terminará por matarnos este extraordinario apego a la vida”, pensé mientras comíamos unas tostaditas bajo el Sol de un nuevo día. Qué sencillo es en ocasiones buscarle las cosquillas a la desgracia. 

Vaya desastre: prendió la mecha del cóctel molotov en medio del jardín. A veces cuesta mirarse al espejo y no romper a llorar. Pero ya lo dijo Benedetti, los débiles de veras nunca se rinden. Al mirarte olvidé mi larga espera, y todo el universo convergió en dos puntos: qué ojos. Me habían salido llagas de tanto reír. A tu lado ese día fui patrimonio de la humanidad.

1 de agosto de 2014

Habitación nº 53

"Porque el mundo es así, y vengo herido,
ten paciencia conmigo"
Luis García Montero

Me dijo que un gusano de franjas verdes se nutría de su energía. Sobre la mesilla, un cóctel fúnebre de pastillas y un vasito de agua. En aquella habitación de paredes blancas, los rayos de Sol desviaban su ruta y configuraron un juego macabro de luces y sombras. Con animadversión y dudas, alcé mi mirada al crucifijo que velaba al enfermo. 

Afuera del hospital, avanza impertérrito y burlón el curso de las estaciones. La gente corriente se apelmaza, suspira y se queja tras una linda y mortal cortina de humo. Desairado y con llagas en la tripa, invierto mi tiempo en matar a las moscas que pululan por mi cuarto.