30 de enero de 2014

Deudas corrientes

Sé que echas de más
mi humilde modo de errar
a cada rato.

Ahora me alegra saber
que pude razonar
durante el atraco
(pese a mi herida de bala
en el costado).

Hoy brindo por lo que vino
tras el desarreglo:
recuerdos de tinta, estaño,
velocidad y vértigos.

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28 de enero de 2014

Nubes y claros

Oscila mi ánimo esta mañana
al compás de una brisa de viento
de distintas velocidades.

No soy capaz de ver más allá
de este momento.

Río y lloro a dos tiempos:
ojalá yo no caiga en la indiferencia
de los que están demasiado serenos.

27 de enero de 2014

Declaración de intenciones

“En estos momentos, en que me invade un dolor ancho y hueco, hay un tenue destello de luz que me anima a no desesperar. No es fijo, sino intermitente, por lo que hay ratos en que me veo sumido en una oscuridad que me asusta. Ese brillo procede de lo más hondo de mi existencia, y advierto que es un grito a seguir viviendo: una fuerza vital perenne”.

13 de agosto de 2013, durante el huracán.

26 de enero de 2014

Punto de partida

–Siempre me he preguntado cómo empezar, pues yo acostumbro a quedarme parado. Permanezco en un estado crónico de espera, buscando. No obstante, en ocasiones me levanta de mi siesta imperecedera un motivo: decido huir de la trinchera de mi cuarto para lanzarme al mundo de afuera, e inicio la búsqueda de una y mil respuestas. Me ocupo de esta tarea durante el día y por las noches…, pero al rato vuelve a embriagarme otra vez el sueño. ¡Cómo controlar el ritmo intermitente de mis pasos!, siempre tan desacompasados…

–Déjalo, tío. Termínate eso y volvamos a casa, que ya es tarde.

–Esta vez lo digo en serio, de veras. Estoy cansado de pasar de largo por ningún lado, ¡haciendo nada!

–Te excedes al pensar… Las cosas hace tiempo que cambiaron, ¿acaso ya no lo recuerdas?