21 de marzo de 2015

Diseño de interiores

Bajé sumido en conjeturas
hasta el piso de abajo.
La escalera
era estrecha y la pared
amarilla.
Sentí como un ejército
de luciérnagas
a mis lados.

Después de estropearme
en el baño,
ante el espejo,
subí al piso de arriba.

Me esperas
en una banqueta de madera
roída.
Hueles aún a cerdo.
Apreté un trago de whisky
antes de rendirme
cuentas.

Me consuelan
los intervalos breves
de bálsamo y tregua.  

Un hombre corriente comía
tallarines con verdura
y afuera corre una brisa
de cojones.

El paso del tiempo pierde
peso
si te miro.

Me dejo caer
ante este devenir incomprensible
de acontecimientos.
“Tráigame la cuenta,
camarero,
que ya nos vamos”.

15 de marzo de 2015

Equinocio de primavera

Una flor duerme entre las grietas de un bordillo. Y dos borrachos perecen dentro del metro, como colillas. Esta brisa aprieta músculo, y tú qué andarás haciendo.

Este medio latir del invierno es lindo y perecedero, como los últimos rayos del anciano.

Cuánto puedes llevar a cuestas antes de dejar vencer tu peso. Y esta brisa trae aromas, qué búsqueda tan frágil e impertérrita. 
Y vaya Sol.