13 de abril de 2015

Subterráneo

Incompleto y desapercibido, invierto este rato en buscar el hueco al que va a parar cada uno de mis latidos. En este andén solo corren vagones de metro, en lugar de días y estaciones. Y así, bajo el amparo de luces subterráneas, tránsfugas y letras, pierdo el rumbo entre los paréntesis de mi vida.

Si me callo un rato es porque el fango aprieta y siento miedo. Si sonrío es porque sigue sorprendiéndome la magnífica gama de luces de mis días.

Sentadito y sin propósito preparo sentado mi revolución, a pesar de.