25 de julio de 2015

En ruta

Ahora que el clavo abrasa, y esta cabra no sabe a qué monte tirar. Ahora que mastico el alambrado y arranco astillas de mis párpados en vez de flores. Ahora que esta lágrima vierte barro húmedo en mis sueños, y mi sollozo es solo una colilla más en el cenicero.

Ahora recorro los valles descalzo, sin prisa y con poco aliento. Ahora increpo a los magníficos cronistas del desperfecto ajeno: escuchad el sonajero de mi tripa –les canto–, es el aleteo torpe de las últimas mariposas de este prado.