Esta obstinación
de vivir
nos mantiene unidos,
plegados a un esfuerzo
cotidiano y común
por entendernos.
de vivir
nos mantiene unidos,
plegados a un esfuerzo
cotidiano y común
por entendernos.
Por eso
cada desencuentro
es una rama caída
sobre nadie,
el ridículo reclamo
de una lágrima
perdida bajo el aguacero.
sobre nadie,
el ridículo reclamo
de una lágrima
perdida bajo el aguacero.