"Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado", Ernest Hemingway
“Y no se
te ocurra decirme que debería dormirme, si cierro los ojos sufro de veras”. Echas
de menos aquellas lindas criaturas que antes recorrían tus sueños. Tu rostro es
el rostro de la pura desesperación. Y tres lágrimas surcan tu mejilla con
desprecio. Tu mirada es la connotación más triste de la palabra tristeza. Cada
vez que toses truena el cielo, amigo viejo, acumulas demasiado petróleo en el
pulmón. “No quiero ser feliz, quizá sea eso”.
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