“En estos momentos, en que me invade un dolor ancho y hueco, hay
un tenue destello de luz que me anima a no desesperar. No es fijo, sino
intermitente, por lo que hay ratos en que me veo sumido en una oscuridad que me
asusta. Ese brillo procede de lo más hondo de mi existencia, y advierto que es
un grito a seguir viviendo: una fuerza vital perenne”.
13 de agosto de 2013, durante el huracán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario