Hay
una humilde verdad reflejada
en
cada charco
los
días de invierno.
Esa
tarde llovió en exceso.
Afuera
olía a gasolina
y
alquitrán.
Me
miré en el espejo y supe
que
alguien había vuelto.
Si
te sobra algo de tiempo,
podríamos
echar un trago
y te
cuento.
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