1 de enero de 2015

Despropósitos

Otro puto año que se marcha, y este show must go on. El Primer mundo no debe cansarse de agradecer y pedir disculpas. 

Ojalá y pudiera quedarme más tiempo en este rincón inaccesible del planeta, haciendo entre los valles sendero, junto a mi bocata de chorizo y un poco de vino tinto. Pero es el momento de volver a la ciudad y su humo, nostalgia y cicatrices. 

Que cada uno sepa llevar a la espalda, con humildad y alegría, su cruz. ¡Feliz 15!

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