estoy cansado,
ya no vuelvo a razonar.
Rótulos, eslóganes y pancartas:
absurda fórmula de airear un estéril ideario colectivo;
ya no vuelvo a protestar.
Conflictos de interés,
instintos de bajo presupuesto:hay mil demonios royéndome
las uñas de los pies.
Estoy perdido,
ya no vuelvo a dudar.
Me rijo bajo la doctrina
de ansiedad y vértigosen mis ratos de tránsito homicida.
Permanezco inadaptado,
sumido en mi delirio.
Estoy vencido,
no me lo vuelvo a plantear.
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