18 de septiembre de 2015

Ludópatas

Veré mi rostro reflejado en ese charco para contemplar la vida desde otro centro. 

Lluvia, café, mi porción de planeta, una piedra y tú. Esta búsqueda de un Cielo a ras de suelo. Me arrastro a la pata coja por la acera, pensando a qué casilla tengo que llegar. Sí, este juego de la rayuela tiene mucho más sentido que nunca, así que golpea tu guijarro con la puntita del zapato, juguemos-vale-por-qué-no. E hinchémonos la barriga de cerveza y anchoas, neumático, búsqueda, búsqueda. Hasta el fin de los tiempos, sí, y no me digas loco, ya ves que no sé muy bien cómo vivir, pero hemos escrito juntos una novela fantástica.



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